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Mi nombre no es relevante, no te incumbe pero te interesa oír lo que tengo que explicarte, es una historia, no te gustará como termina pero a la vez te encantara su final, entenderás que fue el necesario y el correcto a pesar de entristecerte.

Me encontraba en un bosque, era invierno y los arboles estaban sin hojas, el suelo con una fina capa de nieve que convertía aquel lugar en algo más que un desolado bosque. Yo caminaba por lo que parecía ser un camino, piezas de ropa hechas con cuero, una barba larga y con el filo de la espada  dibujando una línea a cada paso que daba. No quiero explayarme mucho en mi descripción, eso no es importante.

Mi pueblo fue arrasado por un malvado hombre y fui de los pocos supervivientes, él quería tener el control del territorio, rechazó las negociaciones con mi padre y tomó lo que no le pertenecía por la fuerza. Mi padre falleció con el hacha en las manos, defendiendo no solo a su familia, también por todas las personas libres, un hombre así debía ser detenido y mi padre intentó pararlo, sus buenos modales y ética lo hicieron un débil luchador y cayó, instantes después había perdido a toda mi familia, mis amigos y a la mayoría de vecinos. Escapé sin mirar atrás durante días hasta llegar al nevado bosque, desmotivado y rendido esperando que algún lobo solitario acabase con mi vida, pero reviviendo recuerdos con mi familia conseguí recordar el fragmento de un poema que una vez mi padre me leyó.

 

When shadow comes to claim our souls,

Some must rise - the light of old.

 

Names in stone, spirits of legend.

Deeds unknown, yet never forgotten.

 

These are the warriors!

 

Of honor within and of fear without.

Remember them, when in hope you doubt.

 

Sin dudarlo envainé mi espada y salí corriendo en busca de algún lugar donde vivir y entrenar durante años para convertirme en un buen guerrero, luchar por algo que merezca la pena, y la libertad fue un motivo suficiente para ello. El sacrificio de mi padre no sería en vano, sentía una gran carga pero también una responsabilidad que me impedía convertirme en comida de algún salvaje animal.

 

Pasaron muchos años de duro entrenamiento,  momentos en los que quería abandonarlo todo incluido este mundo, pero apoyado por el fragmento de ese poema y sacrificio de mi padre seguí esforzándome para mejorar, días en los que la lluvia se convertía en el peor de mis enemigos, horas que tuve que desenvainar mi espada y enfrentarme a los animales más feroces que amenazaban con romper mi sueños y minutos en los que sentía la ira dentro de mi clamando venganza, pero que pronto desaparecía, debía de mantener la calma y no dejarme llevar por los impulsos, solo tendría una oportunidad, es algo  de lo que fui consciente en todo momento.

Cuando obtuve toda la maestría suficiente partí en busca de poblados o ciudades para descubrir el paradero de ese demonio en forma de humano, estuve en muchas tabernas hasta que conseguí lo que necesitaba;  Su egocentrismo no solo le había llevado a tener todos los territorios de la zona, pues convocaba a todo hombre y mujer en su castillo para atemorizar a las personas y sentirse poderoso ante tanta gente arrodillada, sería mi única oportunidad pensé, todos los guardias se centraría en la multitud y seguramente la entrada del jardín de su fortaleza estaría menos vigilada, él se encontraría siendo el centro de atención en un balcón encima de enorme puerta principal.

Llegado el día tenía todo planeado y no podía echarme atrás, todos los sacrificios y esfuerzos, como míos o de mi padre serían en vano si decidía vivir como un cobarde, yo no tengo una explicación a lo que iba a ocurrir solo sentía en mi corazón que debía acabar con ese hombre y demostrar al mundo algo que pocos habían visto.

 

No fue difícil llegar hasta el jardín, la multitud de gente me servía para moverme con total discreción por la zona, pues no era el único barbero pero si el solitario guerrero.  Cuando llegué al jardín no dude ni un solo segundo, retiré mi espada de su vaina y terminé con la vida de dos guardias que vigilaban la puerta trasera, no tardaría en alzarse la alarma pero tendría tiempo suficiente para llegar hasta ese cerdo, entré con el único temor de no poder cumplir mi cometido pero con la adrenalina de estar intentándolo. Me tomé por el pasillo con un adversario que podría vencer pero que debido a su pesada armadura tardaría en hacerlo y cuando lo hubiese conseguido ya se habría dado la voz de alarma y con ello mi objetivo escoltado y llevado a algún lugar seguro…  Me acerqué a atacarlo y alzó su espada para golpearme, yo me cubrí con mi espada y con agilidad me giré rápidamente para llegar a las escaleras de una de las torres, él me seguía lentamente pero venía detrás de mí y tarde o temprano me acabaría atrapando. Subí corriendo las escaleras dejando un rastro de cadáveres en mi espalda de todo aquel que intentase pararme. Cuando llegué al piso lo pude observar, escoltado por dos guardias, pero allí estaba el balcón y para bien o mal, el final de mi destino. Nuevamente mi ligera armadura sirvió de ayuda para llegar rápido hasta el balcón, mi objetivo se giró sorprendido y asustado mientras veía como sus escoltas caían bajo la justicia de mi espada. Intentó defenderse, pero cuando noté que desenvainaba su espada apoyé mi mano izquierda en su hombro derecho y clavé mi espada en su pecho, atravesándolo por completo y gritando a toda voz: - ¡Todos somos hombres libres y ni tú ni nadie puede impedir que eso sea real! – Mi voz resonó entre las murallas pero luego grité de nuevo, esta vez de dolor, el guardia con armadura pesada me había clavado su espada y retorcido en mi espalda, poniendo fin a mi vida pero con la satisfacción de haber cumplido mi cometido; Demostré a toda esa gente que solo hacía falta un solo hombre libre y valiente para afrontarse al mayor de los males.

 

Remember me, when in hope you doubt.